Las consecuencias de confrontar el prejuicio

Resumen

La discriminación y el prejuicio hacia distintos grupos sociales sigue siendo un problema en las sociedades actuales, por lo que es necesario estudiar y comprender las distintas estrategias para contrarrestar estos procesos. Una de estas estrategias es la confrontación, que consiste en comunicar directamente a la persona prejuiciosa que su actitud, comentario o conducta es discriminatorio y no es bien recibido. La confrontación tiene efectos positivos en la víctima del prejuicio -que se siente más empoderada- y en las personas que discriminan -que pueden reducir sus prejuicios si son confrontadas-, sin embargo presenta un costo social, ya que las personas que confrontan la discriminación pueden ser evaluados de forma negativa por los demás. Con el objetivo de conocer los costes sociales de confrontar, se llevaron a cabo una serie de estudios en los que dos cómplices protagonizaban una situación discriminatoria: uno/a de ellos/as hacía un comentario prejuicioso hacia un grupo social, y el /la otro/a cómplice -que pertenecía a dicho grupo social- podría confrontar o no dicho comentario, en función de la condición experimental. Los/as participantes del estudio pensaban que estos/as cómplices eran participantes y miembros del equipo de investigación, y presenciaban toda la escena, como si fuera algo natural y fortuito. Después, con el objetivo de analizar si el confrontar o no afectaba a cómo la víctima del prejuicio era percibida, analizábamos la evaluación que los/as participantes hacían de la víctima y la medida en la que interactuaban con ellos/as (por ejemplo, medíamos cómo de cerca se sentaban cuando estaban esperando para comenzar otro supuesto estudio). Los resultados están siendo analizados, pero los análisis preliminares muestran que el sexo de la persona que confronta puede ser un factor relevante a la hora de evaluar de forma negativa a las personas que confrontan la discriminación que sufren.

Abstract

Discrimination and prejudice towards different social groups continues to be a problem in today's societies, so it is necessary to study and understand the different strategies to counteract these processes. One of these strategies is confrontation, which consists of communicating directly to the prejudiced person that his attitude, comment or behavior is discriminatory and is not well received. Confrontation has positive effects on the victim of prejudice -who feels more empowered- and on the people who discriminate -who can reduce their prejudice if they are confronted-, however it has a social cost, since the people who confront discrimination and They can be negatively evaluated by others. With the aim of knowing the social costs of confrontation, in a series of studies of two accomplices who were involved in a discriminatory situation: one of them made a prejudiced comment towards a social group, and the other accomplice - who belonged to said social group - could or could not confront said comment, depending on the experimental condition. The study participants thought that these accomplices were participants and members of the investigation team, and they witnessed the entire scene, as if it were something natural and fortuitous. Then, in order to analyze whether or not confronting the victim of prejudice was perceived, we analyzed the evaluation that the participants had of the victim and the extent to which they were willing to start social interactions. it is with them (for example, we closely measured how they sat when they were waiting to start another supposed study). The results are being analyzed, but preliminary analyzes show that the sex of the person who confronts can be a relevant factor when it comes to negatively evaluating people who confront the discrimination they suffer.

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